navegan o naufragan los cubanos que no viven en su Cuba natal. Sin embargo, en esa obra, estamos todos cantando, embriagados y dentro de ese peregrinar... aveces, horrorosamente lúcidos. Es nuestra implacable dualidad. Es el hábito del exilio. Exilio a mi otra mitad porque no me sirve para el proyecto que intento desarrollar en el breve espacio en él que ya no estás. La que se va se resiente anhelando, soñando con la salobridad del aire y el rugir de las nubes y la tormenta. Me desgarro, me rompo y en ese desgarro, ya no soy ni puedo ser, ni puede montarse la gran sala de fiestas donde festejar la vida. Estoy adentro de mí, estoy afuera, soy la que está o la que se fue, soy la que permanece vigilando y soñando con el lugar donde reconstruír espacios de contención, espacios de paraíso, soy todas y me reúno, ahí, en el lugar a punto de ser demolido por "lo oficial" en todo órden de cosas. Ese lugar donde la celebración y la fiesta fue posible y siempre lo será... Siempre lo será en el corazón, con las orquestas, el sudor del desenfreno escondido en el goce, con la promesa del encuentro. "Delirio Habanero" es un montaje musical, donde el rítmo y el pulso de la vida se fragua en la danza perfecta de los personajes en escena agonizando y aleteando por esa impronta de vida que nos convoca a todas y todos. Montaje que es libertad y precisión al servicio de la conjugación del amor y la terquedad de los cuerpos buscando su cauce de alegría.
Raúl Martín, es el hombre más delicado y refinado que he conocido, un ser luminoso, pura generosidad y esplendor. Creador humilde y espléndido. Uno de esos seres que aparecen una vez cada un siglo para regocijarnos y permitirnos sentir una porción del cielo aqui en la tierra.
A su lado, yo, la Malucha, luego dos amigos de la Casa del Alba, abrazadores, alentadores, entusiasmados con la existencia. La Casa del Alba es un centro cultural que, a punta de talento, crea un ámbito de espléndida bellleza para el desarrollo de la cultura. Es una casa refaccionada y reinventada. No hay recursos, no hay financiamiento para invertir millones en costosos materiales, sin embargo, de grandes tarros de aceite, de ruedas sueltas, de esqueletos de alambre de quitasoles viejos, de pintura, van creando ese ámbito que abraza. Ahí estarán los pintores y pensadores, los músicos y actores hablando al pueblo cubano de cómo se está descifrando el presente, de cómo se está lenguajeando la vida.
El equipo humano y técnico de la Casa del Alba, es de gran profesionalismo. Es verdad que faltan cosas, maquinaria, recursos, pero ellos cariñosean, se interesan, intentan "resolver" lo que, a veces, no tiene solución, porque no hay. Una se siente acogida, bienvenida, abrazada y siente que hay verdadero interés por las artes, que ellos saben de lo que estamos hablando, que están dispuestos a entregar todo para que el arte y la cultura tengan su espacio privilegiado y estas permanezcan desarrollándose y aportando lo que solo ellas pueden hacer por los países y la humanidad.
Después Carmen María, la maravillosa productora de ARACATACA CREACIONES en su primer viaje a otras tierras. El primero de muchos...
Finalmente, en el costado derecho, nuestra bella, bellísima, edecán, Yunet. Esta preciosa estudiante de teatro, fue la que nos llevó de teatro en teatro logrando que puediésemos entrar. Ella fue la que hizo de operadora audiovisual de nuestras "Cartas de la Memoria", y la que nos abrazó y se alegró con nostras de los éxitos obtenidos.